1) Dialogar con Dios.
2) Contarle las penas y alegrías.
3) No desconfiar de Cristo.
4) Estar alegres: querer ser santos.
5) Dios: tema de conversación con los amigos.
6) El domingo, ir a Misa.
7) Demostrar que Dios no es triste.
8) Conocer la fe.
9) Ayudar: ser útil.
10) Leer la Biblia.
En resumen…
Construir la vida sobre Cristo, acogiendo con alegría la palabra y poniendo en práctica la doctrina: ¡he aquí, jóvenes del tercer milenio, cuál debe ser vuestro programa! Es urgente que surja una nueva generación de apóstoles enraizados en la palabra de Cristo, capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo y dispuestos a para difundir el Evangelio por todas partes. ¡Esto es lo que os pide el Señor, a esto os invita la Iglesia, esto es lo que el mundo – aun sin saberlo – espera de vosotros! Y si Jesús os llama, no tengáis miedo de responderle con generosidad, especialmente cuando os propone de seguirlo en la vida consagrada o en la vida sacerdotal. No tengáis miedo; fiaos de Él y no quedaréis decepcionados.

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