Que en esta Navidad el Espíritu Santo nos transforme en testigos del amor de Dios y en portadores de paz.
Hemos vivido un año fructífero, colmado de bendiciones que acompañaron y guiaron el camino recorrido, debiendo por ello dar gracias al Señor.
Anhelo que la celebración de la natividad de nuestro Señor Jesucristo, renueve el ardor de la Fe que vive en nuestros corazones.
Que la Virgen María, Madre Santísima, cubra a cada uno de sus hijos con su manto y que Dios derrame su bendición para el próximo año 2012.
Monseñor Pedro Candia, Administrador Diocesano.

No hay comentarios:
Publicar un comentario