Su predicación trató sobre:
1) "La centralidad de la fe en el ministerio de Jesùs".
Esta virtud teologal aparece como si fuera una puerta que permite que Jesùs entre en la persona y la salve. Esta fe nos moviliza, y necesariamente debe ir acompañada de buenas obras. Por ello nuestro apostolado esta orientado a despertar la fe por medio de la oraciòn. Esa oracìón que pide "el aumento de la fe".
La fe es "un ser vivo", que tiene que tender a crecer y con ella crecerá también nuestra vocación. ambas estan intimamente unidas."Tengan fe en Dios", una fe integra es central en la vida de quien ha sido llamado a seguir a Cristo.
2) "La Virgen como Madre y Maestra de los sacerdotes".
"Esta dimensión espléndida y penetrante de la cercanía de la Virgen" con quienes han sido llamados a ser ministros de Cristo. Contemplemos: "María creyó y en ella lo que creyó se cumplió". Debemos contemplar la fe de la Virgen María, imitar la en su fe. Creer verdaderamente. Como dice el apóstol : "el justo vivirá por la fe". La fe es el "peso específico" del sacerdote. Notemos que quien busca a un sacerdote, busca a Dios y por ello se da cuenta, sin importar quien sea, la fe que tiene el sacerdote.
Meditemos esas dos palabras que dice quien se presenta como candidato en el rito de la ordenación: "Aqui estoy" y "Amén". Responder con altura depende de nuestra generosidad del corazón.
Muchas gracias Monseñor Pedro por compartir este día de retiro con nuestro seminario.
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