Lo dijo monseñor Emil Paul Tscherrig, Nuncio Apostólico, al inicio de su misión diplomática en nuestro país, en la santa misa en la catedral metropolitana de Buenos Aires, donde transmitió la “cercanía” del papa Benedicto XVI al pueblo argentino e impartió, en su nombre, la bendición apostólica.
Explicó que “como Nuncio Apostólico represento al Santo Padre y participo en su misión que es la de confirmar a los hermanos en la fe. Es nuestra fe la que nos une y la que crea cosas nuevas. Le fe como don gratuito de Dios nos constituye en una comunidad de vida, de caridad y de esperanza”, y se refirió al Año de la fe convocado por Benedicto XVI.
“Toda la Iglesia debe, por lo tanto, hacer un nuevo esfuerzo para que la fe sea anunciada y vivida en nuestra sociedad, y para que la novedad siempre actual del Evangelio se convierta en fermento para una vida siempre más conforme a nuestra vocación cristiana. Que la Santa Madre del Señor, que veneramos en Luján y en tantos otros santuarios de la Argentina, nos bendiga y nos acompañe en este camino de fe, para que el mundo crea y sea salvado”, concluyó.
Texto completo de la homilía de la misa de bienvenida:
http://www.aica.org/docs_blanco.php?id=1848
